viernes, 23 de diciembre de 2016

Estoy harta y por eso escribo esto.

Estoy harta.
De mí.
De ti
De nosotros.
Harta de la humanidad, o más bien sociedad, porque humano no puede llamarse a este trato.

Estoy harta de la falta de conciencia para con los demás, de la falta de humildad, del exceso de prepotencia y de un sistema en el que el que más tiene, es mejor.

Estoy harta de nuestra ausencia de empatía, de la facilidad con la que preferimos tabicarnos el corazón que ayudar a quien lo necesita.

Estoy harta de la discriminación y la desigualdad en general, y del machismo en particular. Estoy cansada de ver cómo a una gran parte de la sociedad prefiere ignorar el feminismo antes que proponer soluciones para que no NOS MATEN, para que podamos trabajar en las mismas condiciones,  para que no tengamos miedo cuando vamos solas por la calle de noche.

Estoy harta de la facilidad que tenemos para la retórica cuando estamos frente a frente y la puntería para las puñaladas del después.

Estoy harta de que prefiramos ir por el mundo con la venda en los ojos, aún sabiendo que podemos soltar el nudo. Total, cualquier día seremos alienados ya hasta por los árboles.

Estoy harta de vuestro allanamiento de morada cuando os creéis que conocéis a una persona, como si alguna vez hubierais estado en su cabeza o en su vida para entender por qué es como es.

Estoy harta del materialismo con el que se engalana nuestro día a día. De que una época como la Navidad se utilice más para regalar cosas que de verdad no se necesitan, antes que tiempo, amor, paciencia, cariño o presencia. De que usemos a las personas y queramos a las cosas.

Estoy harta de que valoremos algo cuando no lo tenemos, para dejarlo de lado cuando lo conseguimos y volver a reclamarlo cuando se nos escapa de las manos.

Y mucho más.
Tanto, que podría pasarme la tarde escribiendo.

Y yo me pregunto al fin y al cabo...
¿Cómo un ser tan evolucionado puede crear semejante distopía?
Recuerda que tú formas parte de ella.
Quizá la falta de evolución no sea el problema, y nos haga más daño la ausencia de revolución.

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